El almacenista es esencial para el buen funcionamiento de la cadena logística. Sus tareas más frecuentes son:
Manejo de mercancías: carga y descarga de camiones, movimiento de cajas, palets u otros materiales a mano.
Organización de inventarios: ordenamiento y reabastecimiento de las áreas de almacenamiento, a veces en altura, con los brazos en alto.
Gestos repetitivos: escaneo, embalaje y etiquetado de productos, solicitando brazos y hombros.
Estas actividades requieren esfuerzos físicos importantes, solicitando principalmente los brazos, la espalda y las piernas, a menudo en posturas exigentes o durante largos períodos. El uso de un exoesqueleto permite disminuir el riesgo de aparición de trastornos musculoesqueléticos (TMS).