Trabajar en un taller de imprenta significa combinar precisión, resistencia y esfuerzo físico para producir impresiones de calidad.
Repetir los mismos movimientos, como levantar los brazos, doblar la espalda o manipular las máquinas, exige intensamente los miembros superiores.
Las posturas, necesarias para realizar estas tareas, a menudo exigentes, generan tensiones musculares y una fatiga aumentada.
El uso de un exoesqueleto es una solución innovadora para prevenir estos riesgos y prolongar la salud en el trabajo.