Se dice que los médicos nunca se enferman. Esto puede ser cierto para las enfermedades virales y las infecciones, ya que las cifras muestran que los cuidadores desarrollan un verdadero arsenal de anticuerpos contra estos males. Sin embargo, los cirujanos presentan una vulnerabilidad real frente a los trastornos musculoesqueléticos (TME) debido a los movimientos inherentes a la práctica de su profesión:
Movimientos repetitivos que causan fatiga y dolor
Permanencia de pie prolongada durante largas jornadas de operaciones
Mantenimiento de posiciones incómodas que a menudo son fuente de una tensión muscular intensa
El uso de un exoesqueleto resulta ser una solución innovadora para preservar de manera duradera la salud de los cirujanos.